lunes, 27 de noviembre de 2017

LA FE DE HERNÀN CORTÈS


Palacio de Cortés en Cuernavaca, siglo XVI



LA FE DE HERNÁN CORTÉS

LA CRUZ Y LA ESPADA

Hernán Cortés desembarcó en la isleta de San Juan de Ulúa, el jueves Santo 21 de' abril de 1519, al frente de casi 600 hombres de guerra; habían pasado solamente 27 años desde la toma de Granada por los Reyes Católicos y 26 años y medio desde el descubrimiento del continente americano por Cristóbal Colón. Por lo tanto, Cortés y sus seguidores continuaban el impulso natural de la España de entonces, primera potencia europea, que junto a Portugal, abrían las rutas marinas al comercio y a la Fe cristiana.

Frente al pequeño grupo de exploradores se dibujaba la línea costera de un mundo desconocido.
Solamente, dos breves exploraciones anteriores habían tocado ese litoral; la de Hernández de Córdoba en 1517 y la de Juan de Grijalva en 1518.

México, nuestro país no existía todavía, el pueblo mexicano estaba aún por nacer y el territorio que Cortés contemplaba era ocupado por muy diversas tribus paganas que hablaban más de 50 lenguas y dialectos diferentes, guerreando continuamente unos contra otros. De entre ellos el más fuerte era la tribu colhúa, casta guerrera seguidora de una religión cruelísima con la cual esclavizaba a muchos pueblos oscureciendo su espíritu.
 Cada comunidad sometida debía entregar, entre otros, un tributo de jóvenes y doncellas para el sacrificio a sus dioses. Y los caciques temblaban con solo escuchar el nombre del gran "tlatoani" (el que habla más fuerte, el mandamás) Moctezuma.

Para entender la FE de Hernán Cortés y de sus compañeros hay tomar en cuenta los  antecedentes históricos que habían formado su carácter. En los españoles de los siglos XV Y XVI palpitaba la sangre de más de 30 generaciones de luchadores contra el musulmán, infiel invasor de Iberia por casi 800 años. Todos esos siglos de guerra templaron el valor y la FE de los cristianos, cualidades que no tenían los otros pueblos europeos.

Por lo tanto, para los hijos de la casta hidalga, empuñar la espada o la lanza, era la única manera de ganarse el pan y hacer morada. El hidalgo, no podía ejecutar otro trabajo, deshonra era, hacerlo por otros medios que no fuesen arriesgar con valor la propia vida, hacer fortuna, mantener su linaje o crear otro con las armas en la mano; todo esto, era lo correcto y digno para los jóvenes cristianos. El ancestral llamado de la cruzada medieval estaba en el alma de los conquistadores del nuevo mundo. La Cruz y la Espada eran los signos de la FE. Salvar las almas  de los paganos del Nuevo Mundo, aún contra la voluntad de estos, y extender el reinado de Jesucristo, eran los principales motivos de la Conquista; el llamado venía de Dios, los medios, de esos jóvenes, muchos de los cuales morirían en la aventura.
Hernán Cortés era el prototipo de esa casta de guerreros natos, para quienes la vida no tenía otro sentido que empuñar la espada, montar a caballo y arriesgar su vida con valor. Ganar la fortuna del infiel y del pagano a cambio de llevar la luz de la verdadera FE, protegiendo a los religiosos en su labor evangelizadora.

A los 19 años de edad el joven hidalgo Hernán, se precipitó en el tumultuoso torrente humano que buscaba fortuna y honra o tal vez la muerte. Como tantos otros cruzó el océano tormentoso, obedeciendo al llamado divino que marcó en Descubrimiento y la Conquista del Nuevo Mundo. SERVIR A DIOS Y AL REY era el lema.
Los hidalgos y la gente llana que se embarcaban en Sevilla para las nuevas tierras descubiertas; debían registrarse en La Casa de Contratación de Sevilla, estupendo filtro, que no permitía el ingreso de forajidos, perseguidos por la Justicia, dudosos cristianos, mujeres de mala vida y de polizontes: quienes no podían pagar su pasaje.
Con los cientos de miles de documentos del Archivo sevillano se derriba la Leyenda Negra confeccionada por los enemigos de España con la que afirman maliciosamente, que los conquistadores del continente eran “bandas de maleantes”. La Corona española controló mucho mejor que las otras monarquías, a sus emigrantes durante los 330 años que dominó en toda la Tierra Firme americana.

Mientras que la Corona inglesa, por ejemplo: desde principios del siglo XVII, vació las cárceles y calles de sus ciudades, de toda laya de indeseables, embarcando a cientos de miles para poblar las costas de Norteamérica. Propiciando, con esto, la extinción de los indios y la trata de esclavos negros arrancados del África.
En la mente de los conquistadores españoles, los seres humanos se dividían en tres clases: cristianos, infieles y paganos; convertir a los paganos a la FE de Jesucristo, comunicarles la luz de Su Revelación y someterlos al Rey Emperador de las Españas era un deber primordial.

Al Rey se le debía lealtad por ser ministro de Dios en la Tierra para defender a los cristianos de sus enemigos jurados y visibles; mientras que al Papa se le obedecía por ser el representante de Cristo para velar por la salud espiritual de los fieles y defenderlos de los enemigos de la FE: los judaizantes, los infieles y los herejes.

Hernán Cortés era hombre de FE probada; el soldado cronista Bernal Díaz del Castillo escribe en su "Historia Verdadera": "Cortés era muy religioso, rezaba todas las mañanas en su libro de oraciones y oía la Santa Misa con devoción".

Antes de entrar en batalla con los nativos les hacía leer por medio de sus intérpretes, el Requerimiento legal; si aceptaban ser amigos se les daba la paz, en caso contrario, se les hacía la guerra.
Para entender a los conquistadores y, con ellos, a su más insigne representante hay que ser consciente de esta circunstancia: Toda la actuación de Cortés como conquistador, gobernante, político, poblador y constructor de la nueva nación mexicana, estaba impregnada del ideal medieval que creó la civilización cristiana; del amor que sentía por la tierra de su conquista, de la que hoy formamos parte y de su fidelidad al Rey.

HERNÁN CORTÉS ESTABA CONVENCIDO DE LA SANTIDAD DE SU EMPRESA.

En noviembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta, poco antes de fallecer, pide en la primera cláusula de su testamento que sus restos sean trasladados la villa de Coyoacán. Actualmente, éstos se encuentran en la iglesia anexa al Hospital de Jesús, por él fundado, en el centro de la ciudad de México.
Los hombres y mujeres del siglo XXI, sobre todo los que pontifican de historiadores oficiales, no ven o no quieren ver los antecedentes del nacimiento de la nación mexicana.
Influenciados, como están, por los anti valores del cristianismo, como son: el ateísmo, el liberalismo, el neo indigenismo marxista, la indiferencia religiosa y el hedonismo; permeados por las corrientes destructoras de la mente y del espíritu; del mundialismo apabullante y su secuencia  sensiblera, romántica, debilitadora de la educación y del carácter heredados de nuestros ancestros españoles.

A los intelectuales que desprecian la verdad histórica, qué la han sustituido por otra falsa, fantasiosa y subjetiva, hago un llamado urgente: recobremos el conocimiento y la difusión de nuestro pasado mediterráneo. Los hispanoamericanos somos el resultado de la Conquista española de Hernán Cortés y sus aliados..

REFLEXIÓN

Desde el punto de vista de la Religión del pueblo mexicano; podríamos afirmar que  el Acta de Nacimiento de lo que sería México, comenzó cuando Cortés derribó los ídolos del templo mayor culhúa al inicio de la Conquista, el 13 de agosto de 1521.

Su FE de Bautismo se escribió el 12 de diciembre de 1531 cuando la Virgen  Santísima se apareció al neófito Juan Diego en el cerro del Tepeyac, y que su Confirmación sería el 27 de septiembre de 1821, cuando don Agustín de Iturbide entró en la ciudad de México al frente del Ejército Trigarante para consumar su independencia política.

LUIS OZDEN

 Diciembre de 2015.

FUENTE DE INFORMACIÓN:   Archivo de la Academia de Hernán Cortés, San Ángel. Ciudad de México.




lunes, 20 de noviembre de 2017

LA REVOLUCIÒN MEXICANA DE 1910



LA CONTRAREVOLUCIÓN A LOS PIES DE CRISTO

LA REVOLUCIÓN DE 1910
UNA REFLEXIÓN ACERCA DEL 20 DE NOVIEMBRE
La revolución de los hermanos Serdán en Puebla de los Ángeles, el 20 de noviembre de 1910 y el posterior levantamiento de Francisco I. Madero hasta Venustiano Carranza así como los 19 presidentes posteriores hasta el año 2017, en los siglos  XX y comienzos del XXI; es la continuación lógica de la revolución de la Reforma de 1857-59, como ésta lo fue, de la revolución del cura Miguel Hidalgo en 1810. Estas guerras armadas o institucionales contra el pueblo católico mejicano son tres fases de la única Revolución que las logias han aplicado a todos los países que quieren encadenar. Los gobiernos protestantes, masónicos y judaicos de los Estados Unidos de América ya han obtenido, en 2017, lo que se había planeado desde 1790: ENCADENAR A ESTE PAÍS: MÉXICO O MÉJICO.

LA PRIMERA FASE DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL EN MÉJICO
De 1799 a 1808 ANTECEDENTES DE LA INDEPENDENCIA
De 1809 a 1821 REVOLUCIÓN CONTRA LA CORONA ESPAÑOLA
De 1821 a 1823 IMPERIO CATÓLICO MEXICANO INDEPENDIENTE
De 1824 a 1833 LA MASONERÍA PRO-YANQUI TOMA EL PODER Y ESTE PAÍS SE CONVIERTE EN “LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS”
El 19 de marzo de 1823, con la desaparición del Imperio Mexicano Católico, que don Agustín de Iturbide propuso antes de su entrada a la ciudad de México al frente del Ejército Trigarante, el 27 de septiembre de 1821. Y la posterior instalación de la República, al estilo yanqui, de los “Estados Unidos Mexicanos” el 4 de octubre de 1824, el pueblo mexicano quedó sujeto a gobiernos inestables con una Constitución, vil copia de la Constitución liberal de Cádiz y ésta impuesta por los yanquis, que ya se habían apoderado de la masonería española vía la Gran Logia de Charleston, USA.

Esto propició que los mexicanos se dividieran en dos partidos de tendencia contraria e irreconciliable. Destruyeron la riqueza material, intelectual y moral adquirida en trescientos años de civilización cristiana. Pues, cuando un pueblo había estado acostumbrado a vivir bajo la Monarquía española, un gobierno fuerte, que se complementaba  tanto civil como religiosamente, no podía gobernarse de manera inmediata por un gobierno democrático. Este era el caso  de todos los pueblos hispanoamericanos.

Los hispanoamericanos, después de 14 años de asesinatos, robos y destrucción de la riqueza acumulada por muchas generaciones; quedaron  sujetos a individuos sin experiencia, cuyos gobiernos, supuestamente democráticos, ponían los ojos en la potencia angloamericana que los apoyaba; y en su lucha de partidos contrarios: el conservador y el liberal, cayeron en manos de los gobiernos de los Estados Unidos.
El partido conservador, reunió en torno suyo a los ciudadanos apoyados en sus tradiciones ancestrales de hispanismo y de la religión católica.
Y el partido liberal compuesto de intelectuales admiradores de la República yanqui y sostenidos por ella; política, ideológica, y económicamente, también en sus ideas religiosas del libre examen protestante. Estos individuos quedaron divorciados naturalmente, del pueblo mexicano católico. El Partido Liberal Mexicano se convirtió en enemigo del pueblo que pretendía gobernar.  Se constituyó en una minoría masónica y dictatorial, ganando el poder político siempre con la trampa y la injusticia, engañando al pueblo para corromperlo y enriquecerse a su costa, enarbolando ideas y leyes espurias para presentarse como Partido Ilustrado y bienhechor.

LA SEGUNDA FASE DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL EN MÉXICO
De 1825 a 1831 ENTRARON A TEJAS MÁS DE 20 MIL COLONOS DE LOS ESTADOS UNIDOS, FINGIENDO  SER CATÓLICOS
De 1833 a 1836 LOS COLONOS ANGLOAMERICANOS ERAN LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN DE TEXAS
EL 2 DE MARZO DE 1836 LOS COLONOS YA DESCARADAMENTE PROTESTANTES Y MASONES  SE REBELARON CONTRA EL GOBIERNO MEJICANO Y PROCLAMARON LA REPÚBLICA DE TEJAS
De 1837 a 1848 EL PARTIDO LIBERAL MEXICANO ENTREGÓ A LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, MÁS DE LA MITAD DEL TERRITORIO MEJICANO, EN UNA GUERRA FICTICIA Y TRAIDORA.
Esta SEGUNDA FASE DE LA REVOLUCIÓN abarca desde los gobiernos de Antonio López de Santana y su vicepresidente Valentín Gómez Farías hasta las Leyes de Reforma y la Constitución atea de 1857, impuesta forzosamente  al pueblo católico mejicano, por el masón pro yanqui Lic. Benito Juárez García, presidente del Partido Liberal y de acuerdo con los gobiernos masones de los Estados Unidos.
Todos estos gobiernos, si así se les puede llamar, porque no eran tales, sino salidos de una serie de asonadas, que terminaron con el levantamiento de Porfirio Díaz en 1876, y que solamente habían servido para inutilizar la construcción de un país fuerte y digno.
Los tres años del 2º Imperio con Maximiliano como Emperador fue una excepción, porque el pueblo católico mexicano si pudo demostrar su aprobación
La guerra de Secesión Norte-Sur; esclavistas contra antiesclavistas que se desarrolló de 1862 a 1865, con la victoria de los yanquis norteños, detuvo por esos años su intervención en los asuntos de México, y el pueblo católico mexicano pudo contar con un segundo Emperador en la persona de Fernando Maximiliano de Habsburgo.
Pasado ese lapso, los yanquis apoyaron de nuevo y con más brío al Partido Liberal, para aplastar definitivamente al pueblo mexicano católico. Las logias masónicas maquinaron para aplicar con toda su crudeza las Leyes de Reforma contra la Iglesia y contra el pueblo mejicano católico, nueve años más tarde, con la caída del Segundo Imperio.
Sin embargo las cicatrices de dolor y sufrimientos que la sociedad mejicana había recibido desde la Revolución de Independencia no se habían borrado. La esperanza en la justicia y en triunfo de la razón, hacían esperar un gobierno nacionalista que independizara a la patria del yugo del Gobierno Liberal Internacional masónico que tanto daño había hecho. Y volvieran a surgir los valores genuinos de la nacionalidad mexicana: Para continuar la obra de civilizar a los indios, abrir de nuevo la corriente de la ilustración católica y renacer los valores cristianos desfigurados por setenta años de liberalismo ateo. Pero la corriente de destrucción de la Religión Católica iba a tomar un camino hipócritamente atractivo:
Para lo cual, los masones extranjeros que gobiernan a los políticos yanquis apoyarían a un General que tomara el poder en México y que aplicara los lineamientos de “Una Masonería pacífica” en vez de la “guerrera” hasta entonces usada para someter al pueblo. 
El nuevo sistema “científico” que se iba a establecer, desorganizando y destruyendo los valores de la sociedad mexicana sin que se diera cabal cuenta.

LOS VALORES SAGRADOS DE UNA PATRIA HISPANA  Y CATÓLICA
LA RELIGIÓN CATÓLICA
LA NACIONALIDAD BASADA EN LA CULTURA LATINA
EL IDIOMA CASTELLANO
LA INSTRUCCIÓN DE PUEBLO, PÚBLICA Y PRIVADA
USOS Y COSTUMBRES HISPANOAMERICANOS
LEGISLACIÓN PROPIA
GOBIERNO PROPIAMENTE NACIONAL
DERECHO INVIOLABLE DE LA PROPIEDAD PRIVADA
EJÉRCITO PROPIO Y NACIONALISTA
PREPONDERANCIA DEL SER HISPANOAMERICANO
El conjunto de estos valores formaba parte del Partido Conservador y del engrandecimiento de la nación. Pero la falta de uno solo de estos valores debilita a los demás y destruye la armonía que debe reinar en la Nación.
El hombre “afortunado” seleccionado por la masonería yanqui para tomar las riendas de México fue el General Porfirio Díaz Mori. Un diamante falso que cumplió los lineamientos de la Masonería pacífica.
El gobierno fuerte del general Díaz y el de su “compadre” de Manuel González lograron en casi 30 años de gobierno; la paz deseada desde 1824, entre las facciones y la Iglesia Católica, la explotación de las riquezas naturales de la República Mexicana, las garantías a la propiedad privada, la alimentación del pueblo, la organización del ejército, la total comunicación del extenso país por medio de los ferrocarriles, la fortaleza de la moneda, y el respeto internacional de México, especialmente de las potencias europeas y asiáticas.
  
Solamente una nación no estaba conforme con el progreso de México: Los Estados Unidos de América. Su plan original de cambiar el alma del pueblo católico e hispano de los mexicanos,  para poder anexionarlo todo sin mucho esfuerzo no había dado los resultados esperados 35 años antes.
El gobierno yanqui veía con desconfianza como iba surgiendo un país fuerte al sur de su frontera, no veía con buenos ojos que los países de Asia valoraran los pesos mexicanos de plata, más que los dólares. Y que los tratados comerciales con el Imperio Alemán, con el Imperio Chino, con el Imperio del Japón y el Imperio Británico, así como los concertados con España, Francia y Sudamérica fueran muy ventajosos para México.
Entonces, de los Estados Unidos llegó James Creelman, un afamado periodista en marzo de 1908, para entrevistarse con el general Díaz, a quien le hizo varias preguntas comprometedoras sobre otra posible reelección del,  ya llamado entonces dictador, por la prensa yanqui.
Al poco tiempo apareció Francisco Ignacio Madero que era un filósofo espiritista, de familia rica, educado en Estados Unidos y que escribió contra la reelección del Gral. Díaz.
Madero fue perseguido por el “dictador” Porfirio Dáz y se exilió en los Estados Unidos, desde donde arengaba a los inconformes, que  debían levantarse contra “el tirano”  el 20 de noviembre de 1910.

LA TERCERA FASE DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL EN MÉXICO
Desde esa fecha hasta la promulgación de la Tercera Constitución anticatólica contra el pueblo mexicano católico en 1917, llamada “Carta Magna”, fueron seis los presidentes de la República, entre 1911 y 1920.
 Dos de ellos asesinados en plena efervescencia revolucionaria. La Tercera fase de la Revolución  acabó con la riqueza del país, el orden establecido por 30 años y con el prestigio internacional de México. Durante ese mismo período desaparecieron casi un millón de habitantes entre muertos y emigrados. 

Sin embargo, entre 1913 y 1914 hubo un lapso de siete meses en el cual el pueblo mejicano católico tuvo la sensación de que la Revolución había sido dominada por el gobierno fuerte del presidente católico General Victoriano Huerta, quien había permitido la Consagración de Méjico al Sagrado Corazón de Jesús, el 6 de enero de 1914, con la anuencia del Papa San Pío X y la asistencia de todos los arzobispos de las Diócesis mejicanas. Todo el pueblo católico y sus sacerdotes se consagraron a Cristo Rey.
Este acto de valentía en la Fe cristiana puso en movimiento a la Masonería internacional que se ensañó con el pueblo mejicano desde todos los puntos y la Revolución se encendió con mayor crueldad.
La reacción de los gobiernos yanquis a este milagroso acto, fue instantánea.
Para derrocar al General Huerta, que estaba bien puesto en la silla presidencial, con la aprobación del pueblo y de la jerarquía católicos, fue necesario que la Marina yanqui bombardeara el puerto de Veracruz y amenazara con llevar sus tropas hasta la capital del país. Acto seguido, el General Huerta renunció a la presidencia, no sin antes escribir una carta dura y contundente contra el presidente yanqui W. Wilson, retándolo a quitarle su Fe y dignidad.
Sin la presencia del General Huerta quien se había exiliado en España, los revolucionarios desataron la destrucción y muerte por los 25 años siguientes. (3)

PERSECUCIÓN RELIGIOSA CONTRA EL PUEBLO CATÓLICO
Luego de 1920 a 1940 vendría la persecución religiosa más cruel que país alguno de América tuvo en toda su historia; la Guerra llamada Cristera.
PORQUE LOS QUE IBAN A SER FUSILADOS POR TROPAS DEL GOBIERNO MASÓN GRITABAN ANTES DE MORIR:
¡VIVA CRISTO REY!  

De 1926 a 1929 fueron los años más crueles, después siguió la connivencia de la jerarquía de la Iglesia con los poderes de la Masonería representados por los presidentes Plutarco E. Calles; tres sucesores incondicionales y   Lázaro Cárdenas de 1934 a 1940.
Durante la fase revolucionaria de 1910 a 1928, la Jerarquía de la Iglesia Católica de Méjico había sido perseguida como nunca lo había sido durante el siglo XIX, los Arzobispos y Obispos fueron expulsados del país y los más valientes vivían ocultados por sus fieles.
Al final de la década de 1920, concretamente en 1929 un par de obispos desterrados en los Estados Unidos, con el mal consejo de los funcionarios yanquis, se arrogaron la representación de la jerarquía eclesiástica mejicana y firmaron “la paz” del gobierno masónico con el pueblo mejicano católico en armas. Para después desarmarlos y entregarlos a sus verdugos, los masones mejicanos, quienes se dieron prisa en fusilarlos.
Gran traición a Cristo y a los cristeros de parte de esos tímidos obispos.
La Guerra Cristera fue antecesora de la sangrienta Guerra Civil española de la década de los años de 1930 cuando se quiso implantar el régimen comunista en España.
A partir de 1940, LA TERCERA FASE DE LA REVOLUCIÓN ANTICRISTIANA fue institucionalizada CADA SEIS AÑOS con diez presidentes del mismo Partido Liberal hasta llegar al año 2000.
¿EN CUAL OTRO PAÍS DE OCCIDENTE, QUE SE DIGA DEMOCRÁTICO, SE HA DADO ESA SERIE DE  10 PRESIDENTES DEL MISMO PARTIDO POLÍTICO, POR 60 AÑOS COMPLETOS?
  
LAS ÉPOCAS DE DESTRUCCIÓN Y GENOCIDIO SON PARTE DE LA ÚNICA REVOLUCIÓN QUE AZOTA AL MUNDO DESDE 1517 CON SUS DIVERSAS FASES Y ARIETES:

EL PROTESTANTISMO (Martín Lutero, el Anglicanismo, Juan Calvino, etc. etc.) desde 1517 en adelante hasta hoy, siglo XXI.
REVOLUCIÓN INGLESA CON OLIVER CROMWELL Y EL PURITANISMO.
LA MASONERÍA Y SOCIEDADES SECRETAS DESDE EL 24 DE JUNIO DE 1717.
GUERRA A LA SOCIEDAD DE JESÚS Y SU DISOLUCIÓN POR EL PAPA  CLEMENTE XIV., EL 21 DE JUNIO DE 1773.
REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA DE 1775 A 1783
LA CREACIÓN DE LA SECTA DE LOS ILUMINADOS EL 1° DE MAYO DE 1776.
REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1789 A 1795
GUERRAS DE INDEPENDENCIA  HISPANOAMERICANAS DE 1806 A 1826.
GUERRAS EUROPEAS DEL SIGLO XIX
GUERRAS MUNDIALES DEL SIGLO XX Y LA REVOLUCIÓN COMUNISTA EN RUSIA, CHINA Y ÁFRICA.
EL TERRORISMO EN EL SIGLO XXI

¿QUÉ ES LA REVOLUCIÓN?
“LA REVOLUCIÓN es una doctrina que pretende fundar la sociedad sobre la voluntad del hombre, en lugar de fundarla de acuerdo con la voluntad de Dios. Ella se manifiesta por un sistema social, político y económico nacido del cerebro de los filósofos, sin cuidado de la Tradición, y caracterizado por la negación de Dios sobre la sociedad pública”
E.S.M.


CONCLUSIÓN
SUS ETAPAS HAN SIDO:
HUMANISMO
RENACIMIENTO
REFORMA PROTESTANTE
REVOLUCIONES INGLESA, ANGLOAMERICANA Y  FRANCESA
REVOLUCIÓN  HISPANOAMERICANA DE INDEPENDENCIA
REVOLUCIÓN COMUNISTA
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
REVOLUCIÓN  POS INDUSTRIAL

Secularizar la sociedad y el Estado, emancipar de toda influencia católica los órdenes de la vida, arrancar la Fe de todas las almas; instaurar el imperio de Luzbel sobre la ruina de Cristo. Tal es el fin de la REVOLUCIÓN que tácitamente expresan con franqueza o doblez, la educación laica, los partidos anticatólicos, marxistas, demócratas y liberales, de derecha o de izquierda, que son los instrumentos por los cuales se desarrolla el mundo. La Revolución es la gran rebelión que incubada desde hace mucho tiempo renace vigorosa en estos últimos tiempos. La Revolución no es solo el laicismo en los colegios, ni la disolución de las familias, ni el odio a la autoridad civil, ni la persecución religiosa, ni el cambio de las leyes del trabajo.
Es algo más. ES AFIRMAR QUE TANTO EL ORDEN SOCIAL COMO EL INDIVIDUAL SE HAN DE ESTABLECER POR LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y NO POR LOS DERECHOS DE DIOS.
El resto fluye de lo anterior, de esa rebelión orgullosa salió el Estado moderno, este Estado que ha tomado lugar en todo, que es la Bestia que se ha hecho dios y que los verdaderos católicos nos rehusamos adorar.


¿QUE ES LA CONTRAREVOLUCIÓN?
La CONTRAREVOLUCIÓN es el principio contrario, es la doctrina que hace reposar la Sociedad sobre la Ley Cristiana.
Hay que recordar a San Pío X, quien decía enérgicamente a principios del siglo XX:
“En estos tiempos de anarquía social e intelectual, en que cada individuo se convierte en doctor y legislador…., no se edificará la ciudad (del hombre) de un modo distinto a como Dios la ha edificado; no se levantará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización cristiana es la ciudad Católica.”
No se trata más que de instaurarla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos NATURALES Y DIVINOS, contra los ataques siempre nuevos de la utopía malsana, de la REVOLUCIÓN Y DE LA IMPIEDAD.
OMNIA INSTAURARE EN CHRISTO



Completó y Editó: LUIS OZDEN.
NOVIEMBRE DE 2015