domingo, 20 de diciembre de 2015

VITAL CONTRIBUCIÓN DE ESPAÑA EN LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS

                                                     



“Pocos norteamericanos aprecian la magnitud de la participación en su Revolución de Independencia”
“Durante los últimos 240 años, el papel de España en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, casi ignorado, empieza lentamente a surgir en la conciencia nacional estadounidense.”
Al hablar o escribir sobre el tema anterior, nuestros compatriotas lo caracterizan, generalmente, como algo de poca monta, escasamente digno de ser mencionado. Pero, investigaciones recientes llevadas a cabo por especialistas han sacado a luz, nueva información respecto a la Revolución Americana, misma que había sido literalmente  “Barrida bajo el tapete de la Historia” por demasiado tiempo.
En consecuencia los antiguos conceptos empiezan a ser substituidos por la vendad histórica. 

Durante los siglos XV, XVI, XVII, XVIII y XIX, debemos recordar que España descubrió, exploró, dominó y colonizó el Imperio de mayor extensión territorial en la historia del Mundo. Sus Dominios se extendieron en la mayor parte del hemisferio occidental. En tiempos de la Revolución Americana, España gobernaba o reclamaba para sí, todo el territorio de los actuales Estados Unidos, al oeste del río Mississippi más el puerto de Nueva Orleans. Este vasto territorio era parte de la Nueva España (actual México), la cual se extendía desde Centro América hasta los “hielos árticos”.
Desde 1776 hasta la declaración formal de la guerra contra la Gran Bretaña en 1779, España, a través de los mercaderes Diego de Gardoqui en Bilbao y Olliver Pollock en Nueva Orleans, en forma encubierta, enviaba dinero, mosquetones, municiones y avíos militares en grandes cantidades, como ayuda a los rebeldes angloamericanos en su desigual lucha contra Inglaterra, por mucho tiempo enemiga de España y Francia.
Con anterioridad de la declaración formal de guerra, España disponía de una red de espionaje mediante observadores a lo largo y ancho de las zonas involucradas observando el curso de la insurrección. Dos de estos observadores situados en Filadelfia; Juan de Miralles y Francisco Rendón, proporcionaban no solamente su apoyo moral. En 1781, Rendón ofreció su casa para hospedar a George Washington durante su visita a Filadelfia para pasar la Navidad. Sino que también hacían llegar a los revolucionarios los suministros de ayuda material española a los patriotas angloamericanos.
De 1776 a 1779, a través del comerciante Oliver Pollock residente en Nueva Orleans, España concedió crédito a los colonos angloamericanos por  casi 8 millones de reales para la compra de  toda clase de armamentos: uniformes, zapatos, cobertores, alimentos, medicinas, plomo, pólvora, mosquetones, yesca, cañones y otros materiales que fueron embarcados por los ríos Mississippi, Ohio, a las mal provistas tropas de George Washington y George R. Clark.
  
En 1777, Benjamín Franklin, representante de los rebeldes en Francia, comisionó a Arthur Lee para ir a España secretamente, para contratar con la Empresa comercial de la familia Gardoqui, la adquisición, a crédito, de 215 cañones de bronce, 4,000 tiendas de campaña, 12,826 granadas, 30, 000 bayonetas, 30, 000 uniformes, 51,314 balas para los mosquetes y 300,000 libras de pólvora, para ser expedidos por barco de algún puerto francés a Boston, vía las islas Bermudas. Posteriormente, Franklin, en una carta, agradeció el envío de otros 12,000 mosquetones remitidos al puerto de Boston por el Conde de Aranda, ministro del Rey Carlos III.
Igualmente importante para la Revolución angloamericana, fue el control español de la cuenca del río Mississippi, permitiendo que los suministros de armas y alimentos llegaran hasta las tropas anti británicas, pues la Gran Bretaña tenía bloqueados todos los puertos americanos del Atlántico. Sin embargo, los ingleses no podían entrar por el río Mississippi ya que estaba controlado por los barcos españoles, franceses y angloamericanos.
Cuando la Monarquía española declaró la guerra a Gran Bretaña el 21 de junio de 1779, el Rey Carlos III comisionó al general Bernardo de Gálvez, Gobernador de la Luisiana para conducir la campaña militar contra los británicos en los puntos estratégicos que dominaban en la costa del Golfo de México.
Bernardo de Gálvez organizó la Armada y la Marina entre Cuba y Nueva España y derrotó a los ingleses en las batallas de Menchac, Baton Rouge y Natchez en 1779, en Mobila en 1780 y en Panzacola en 1781. Entre tanto, las tropas españolas protegieron el Alto Mississippi y el río Ohio, derrotando  a los británicos en San Luis Misuri y San José en Michigan. También reforzaron las tropas de Goerge R. Clark en las batallas de Vincennes, Indiana, Kaskakia y Kaokia en Illinois.
En 1782, el Conde de Gálvez volvió a derrotar a los británicos, logrando  el control de su base naval en las Islas Bahamas. Los españoles se preparaban para tomar la Isla de Jamaica cuando las monarquías de España e Inglaterra llegaron a un acuerdo de paz, que firmaron, junto con la monarquía francesa en el palacio de Versalles con el Tratado de Paz 1783.

Para los colonos angloamericanos, este Tratado fue esencial, pues las tres potencias marítimas de entonces reconocieron al nuevo país que oficialmente se llamó: La República de los Estados Unidos de América.

AYUDAS COMPLEMENTARIAS DE ESPAÑA A LOS ANGLOAMERICANOS
QUE LA HISTORIA OFICIAL NORTEAMERICANA HA OLVIDADO

Para alimentar a las fuerzas españolas que ayudaban a los angloamericanos en las zonas ocupadas por los ingleses; unas 9,000 cabezas del ganado de Texas procedentes de particulares, misiones y ranchos del valle de San Antonio, fueron arreados por los rancheros texanos escoltados por soldados que engrosaron el ejército de don Bernardo de Gálvez en los territorios de la Luisiana hasta la Florida. Además, cientos de caballos de la Nueva España reforzaron a éstos.
Al mismo tiempo el general Gálvez contestaba las cartas que recibía de Patrick Henry, Thomas Jefferson, Charles Henry Lee, George Morgan y George Gibson, quienes solicitaban mayor ayuda que el Conde de Gálvez continuó proveyendo.
Es de notar que parte de la flota francesa del Golfo de México estuvo bajo las órdenes del gobernador Bernardo de Gálvez durante los dos meses. De marzo a mayo de 1781 que duró el sitio de Panzacola. Después de la exitosa campaña del fuerte George en poder de los ingleses, y que Bernardo de Gálvez tomó prácticamente en solitario a bordo de un bergantín, (Libro “Yo Solo” de Carmen de Reparaz); cuando Gálvez se adueñó del fuerte, despidió a la flota francesa, y dotó a su capitán con medio millón de pesos oro para entregarlo a George Washington, lo que sucedió en la bahía de Chesapeake, llegando en el preciso momento en que éste, estaba a punto de enfrentar a Lord Cornwallis en Yorktown el 19 de octubre de 1781.

La Corona Española pidió a los soldados y civiles de Nueva España y Cuba una cooperación voluntaria para enviar dinero a los angloamericanos quienes carecías de todo.  

 El dinero recabado de todas las provincias novohispanas incluidas California, Nuevo México y Texas tuvo un total de otro medio millón de pesos oro que el Virrey de Nueva España entregó en el puerto de Veracruz al Comandante español Francisco de Saavedra, y que este mandó al Conde francés de Grasse-Tilly Comandante de la flota del Mar Caribe, quien usó ese dinero para pagar a sus marineros y reaprovisionar sus barcos en la Habana y el puerto de Guaricó, en su ruta a la bahía de Chesapeake.

Está documentado el envío un millón de pesos oro más de la Corona Española a través del Virreinato de Nueva España  por el puerto de Veracruz al caballero Mr. de Monteill para los gastos de la guerra que los angloamericanos tuvieron que afrontar en su lucha de Independencia del Imperio Inglés.

España no solamente enfrentaba a los británicos en el norte del Continente Americano sino también en todo el Imperio Español global, como el Archipiélago de las lejanas Filipinas, de los innumerables grupos de Islas en el Océano Pacífico, de las provincias centro y sudamericanas y del Mar Mediterráneo, porque los ingleses tenían como meta destrozar a España donde ésta se encontrara.

Sin embargo, la Gran Bretaña en guerra contra las Monarquías, Francesa y Española,  enfrentaba la amenaza de una invasión de las flotas aliadas de Francia y España, que ya se preparaban; y el ataque francés a sus posesiones de la India y la Bahía de Hudson en el Canadá y las Indias Occidentales.

El general Bernardo de Gálvez gobernador de la Luisiana, tenía bajo su mando hombres de España, Cuba, Mayorca e Irlanda, de Luisiana había reclutado franceses, acadios, germanos, canarios, indios norteamericanos aliados, y negros libres. Así como decenas de norteamericanos de la marina de Carolina del Sur, así como tejanos. Contaba además, con soldados de línea novohispanos (México), uno de sus mejores generales era don Gerónimo Girón descendiente de Moctezuma, con algunos oficiales sudamericanos; uno de ellos fue Francisco de Miranda el precursor de la Independencia venezolana. Había entre sus subalternos números angloamericanos que llegaban del norte para enfrentarse a los ingleses.

Gálvez contaba también con numerosos barcos de la Nueva España y los barcos angloamericanos que habían peleado en la costa americana del norte.

Después de la rendición de Inglaterra  ante las potencias España y Francia aliadas de los rebeldes angloamericanos y la firma del Acuerdo de la Paz en el Palacio de Versalles en Francia, reconociendo la Independencia de los Estados Unidos de América en 1783.

Al término de la guerra, don Bernardo de Gálvez (Gobernador de la Luisiana de 1777 a 1782)  fue a España a pedido del Rey Carlos III para recibir su premio por los invaluables servicios a la Corona en sus batallas contra los ingleses en Norteamérica. Recibió el título de Conde de Gálvez  y  pasó a gobernar la Isla de Cuba, en ese tiempo murió  en la ciudad de  México, su padre don Matías de Gálvez ex virrey de la Nueva España.
En 1783 el Conde de Gálvez  fue distinguido por el Congreso Americano por su ayuda durante la guerra de Independencia. Pero a partir de entonces los gobernantes norteamericanos olvidaron enseñar a su pueblo que España había ayudado a la fundación de su nación, con más ayuda que la prestada por Francia.

El Conde Gálvez don Bernardo de Gálvez fue nombrado virrey de la Nueva España en 1785,  ejerciendo como tal hasta su prematura muerte, a sus 40 años de edad, en 1786. En 1785 el Conde de Gálvez estuvo en Savannah y Baltimore representando a España en las negociaciones relacionadas con los límites geográficos entre los Estados Unidos y la Nueva España, iba acompañado por don Diego de Gardoqui quien sería su primer embajador ante Washington.

En 1789, Gardoqui volvió a estar presente al lado de George Washington en el solemne desfile militar en la ciudad de Nueva York, segunda ciudad en importancia de aquel entonces. El embajador Gardoqui llegó a Nueva York en una embarcación española llamada Galveztown en honor del héroe español don Bernardo de Gálvez, la nave recibió saludos militares por haber servido como su buque insignia en la guerra del Golfo de México contra Inglaterra. Actualmente hay un puerto en el Estado de Texas llamado Galveztown.

Desde entonces, por razones inexplicables, los Estados Unidos parecen haber olvidado no solo la gran contribución económica y militar española en la guerra de Independencia norteamericana sino también al gran héroe español de la Revolución americana, general Conde don Bernardo de Gálvez.

Solamente en tiempos recientes, el 3 de junio de 1976 al cumplirse el Bicentenario del levantamiento de los colonos angloamericanos contra la Monarquía inglesa, el 4 de julio de 1776. El Rey de España don Juan Carlos I, descendiente directo del Rey Carlos III, llevó personalmente como regalo de España al pueblo norteamericano, la única estatua del Conde de Gálvez que existe en el Continente Americano. La estatua ecuestre de Gálvez obra del escultor Juan de Ávalos está colocada en la ciudad capital de Washington D.C. cerca de la intersección de la avenida Virginia con la calle 21 del sector West.



Pocos norteamericanos aprecian la magnitud de la participación de España en su Revolución de Independencia, participación ignorada durante los últimos 240 años. Aunque lentamente comienza a surgir la conciencia histórica nacional estadounidense, que reconocerá el papel vital de España en la Guerra que fundó a los Estados Unidos de América.

Los historiados de España, México y los Estados Unidos, están actualmente investigando, escribiendo y relatando esta información que ha sido literalmente “Barrida bajo el tapete de la Historia”, por demasiado tiempo.

En consecuencia, es de esperar que España reciba el crédito que merece por la ayuda prestada a los patriotas americanos durante la lucha por su independencia. Una vez que los norteamericanos se den cuenta cabal de la vida y los hechos del general español Conde don Bernardo de Gálvez, lo recordarán y lo honrarán como hacen con el Marqués de Lafallette, el Almirante Rochambeau, el Conde de Grasse-Tilly, el Baron von Steuben, el Baron de Kalb, con los polacos Thadeus Koscieuzko y Kazimir Pulaski.

Este breve ensayo escasamente rasguña la superficie de una historia mucho más amplia y detallada que podría ser narrada sobre el tema de la función de España en la Revolución Americana. El libro mejor y más completo que hasta la fecha se ha escrito sobre este tema es el de Eric Beerman:

“España y la Independencia de los Estados Unidos”

Esperamos, que este magnífico libro sea traducido pronto del español al inglés, haciéndolo así disponible a todos los americanos de habla inglesa. Este tipo de publicaciones, acaso ayuden a que se otorgue a España la importancia esencial de su participación en la historia de la Revolución Americana.

Robert H. Thonhoff. 1999. 617 N Esplanade St. Karnes City, Texas 78118, U.S.A.

ORDENÓ Y EDITÓ: LUIS OZDEN. luisozden@yahoo.com dic. 2015

BIBLIOGRAFÍA

“El Fuerte del Cibolo” Sentinel of the Bexar- La Bahia Ranches. Austin, Texas. Eakin Press, 1992. Robert H. Thonhoff
“Texas and the American Revolution”, Southwestern Historical Quarterly, Austin, Texas, The Historical Association, July 1995. Robert H. Thonhoff
“Bernardo de Galvez: Unsung Hero”, College Station, Texas. Nancy R, Tiner, 1985.
“Bernardo de Gálvez un general español en la Independencia de los Estados Unidos” Ya, Madrid, julio 4 de 1976.

“YO SOLO”  Carmen de Reparaz, Madrid España 1986.

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